De un tiempo a esta parte, los TFCD, TFP, intercambio, o como lo quieras llamar, están perdiendo toda su razón de ser. Lo que comenzó siendo una herramienta para el mutuo beneficio de las partes (ya sabes, el fotógrafo o el modelo que están empezando y necesitan ganar soltura delante o detrás de las cámaras), las pruebas con esquemas de iluminación, antes de incorporarlo al portfolio del fotógrafo, o incluso -por qué no-, esas fotografías diferentes que el modelo presenta a su agencia, o el maquillaje tó loco que nadie se atreve a realizar para una sesión remunerada, pero que al maquillador le apetece horrores hacer, porque sí.
Pero de un tiempo a esta parte, en los foros de fotografos, modelos, maquilladores y demás fauna que puebla internet, llueven “ofertas irrechazables”: desde scorts que quieren sesiones en intercambio (no, no ese tipo de intercambio, cochin@) para sus anuncios, hasta marcas de ropa que piden colaboración para hacer sus catálogos de temporada, pasando por novios que se casan, y así pueden destinar la parte de las fotografias para lo importante, el banquete.
Dejando a un lado la escasa ética de estos anuncios, si vienen desde el “cliente”, aún tienen un pase: lo intentan, y si cuela, cuela. Y me juego mi segundo cuerpo de cámara a que en la inmensa mayoría de las ocasiones, cuela, y aparecen fotógrafos, modelos, maquilladores (el equipo de trabajo) que aceptan las condiciones del “intercambio”, solo por… ¿la posibilidad de que para futuros trabajos les llamen? ¿Ver mujeres desnudas? ¿Poder poner en su portfolio que han hecho un catalogo? ¿Tener fotografías de una boda real? No tengo ni idea.
Veamos los casos expuestos, analizando el “intercambio”:
1.1 – Fotografías de scorts.
Una chica quiere fotografías de desnudo. En intercambio. Es un primer motivo para sospechar, por lo poco común de la situación. Si sigues indagando, y no cuesta mucho, verás que quiere “algo sencillo, sin apenas maquillaje, con la cara pixelada, los tatuajes (si tiene) borrados, y que quede bonito”. Un trabajo de, a ojo, unas 2 horas por foto, y que tú no vas a poder mostrar en tu portfolio, porque claro, “por favor, que no salgan en internet las fotos”. Pero con la cara pixelada, van a páginas de contactos, o con la cara sin pixelar, a agencias de scorts de alemania, bélgica, holanda… que es donde les piden ese tipo de fotografías (en el mercado español de clasificados, por lo visto, vende más una fotografía hecha al espejo). ¿Cuál es el intercambio? Tú has puesto tiempo en el estudio (si dispones de uno, si no, te habrá tocado buscar uno de alquiler), habrás puesto tiempo de edición (si hay que eliminar tatuajes y lo quieres hacer bien, pon de media un par de horas por foto), y… ¿qué te llevas a cambio? Unas fotos que no vas a poder mostrar en ningún sitio público. ¡Un trato redondo!
1.2 – Fotografias para un catálogo de una marca de ropa.
Una marca quiere fotografías para su catálogo. Hasta ahí, todo correcto. Los pasos habituales son: esa compañía contacta con una agencia de modelos, que le van a ofrecer modelos que se adapten a sus necesidades, y con un fotógrafo, que sabe perfectamente lo que la marca quiere y lo que hay que hacer para conseguirlo. La marca paga al fotógrafo y a la agencia y esta a los modelos. Todos felices, y, no perdices, pero al menos, han comido.
El paso en un intercambio difiere un poco: fotógrafo y marca se contactan (tanto da el orden), y fotógrafo se ocupa de todo. ¡Empezamos ya fuerte, currando a tope!. Busca estudio (de nuevo, si no dispones de uno), alquílalo, busca modelos (¡si la marca no te impone a la hija del CEO y al sobrino del Face Expansion Manager, claro!), y cuando llegue el día de la sesión, tenlo todo preparado: que los modelos lleguen a su hora, y que la marca tenga las prendas preparadas. Haz las fotos (con alguien de la marca que sabe más que tú de fotografía -que para eso se ha comprado una cámara en el Mediamarkt y tiene su página de facebook con su nombre seguido de photoghrapher, phothography, fotography o alguna idiotez por el estilo-), edítalas, y… ya. Se acabó. Nunca más sabrás de la marca en cuestión, porque han visto lo fácil que es poner un anuncio en algún foro y pedir un equipo de trabajo. Los gastos derivados de la realización del catálogo se limitarán, con suerte, a una tirada en papel para un par de ferias. ¡Más beneficio para la empresa!. Tú podrás, eso si, decir con orgullo que has trabajado para una marca de ropa. Que nadie conoce. Omite, por favor, el “he trabajado gratis, pero para el siguiente, me llaman y me pagan fijo”, que da risa, ya llevan tres catálogos más.
1.3 – Fotografías de boda
Una boda es, en sí mismo, un evento complejo. Muchas cosas a tener en cuenta, juegas en exteriores (y no puedes cambiar la fecha si llueve), empiezas muy temprano y acabas muy tarde… en definitiva, una pesadilla. Que si el cura no te quiere en la iglesia y te toca reñir con él, que si los novios quieren fotos de todo y de todos, el alcohol llega un momento que ya es más común en el interior de los invitados que en las botellas o vasos… vamos, un sindiós.
Luego, la etapa de selección de fotos. Siempre te va a faltar la mas importante, la de la parienta lejana del primo de la novia, que le habías hecho una con la abuela del sobrino del primo segundo del novio (¿no te acuerdas de esa foto? ¡Pues deberías!). Ah, y que no se te olvide, las fotos las quieren para el día siguiente, o como mucho, en una semana. Que para eso ̶p̶a̶g̶a̶n̶ te has ofrecido. ¿Conclusión? Acabarás agotado, con suerte, podrás poner que has hecho una boda en Bodas.net, y a partir de ahí, seguro que te llueven ofertas… para trabajar gratis. Si esos novios lo han hecho, ¿por qué no otros?
1.4 – Mocatrices
Aunque de este ejemplo no hablé al principio… abundan. Das una patada a una piedra y te salen tres mocatrices (modelo, cantante y actriz). Vas al súper a por el pan, y ahí tienes a la mocatriz de turno, iPhone último modelo en ristre, ̶p̶o̶n̶i̶e̶n̶d̶o̶ ̶m̶o̶r̶r̶i̶t̶o̶s̶ haciéndose selfies en los estantes de papel higiénico “para sus fans”. Siempre necesitan “ ̶r̶e̶n̶o̶v̶a̶r̶ ̶s̶u̶ ̶p̶o̶r̶t̶f̶o̶l̶i̶o̶ hacerse un buk” porque claro, van a ser ambassadors de un outfit brand y para eso necesitan photographer, stylist, hairdresser, que sus followers en Insta son legión. Un rápido vistazo indica que son comprados, pero comentan mucho, siempre con iconos de fuego, top, y cosas así, que queda molón. ¿Qué te reporta eso a ti, que vas a hacer un trabajo? Yo creo que nada.
O las modelos de patreon/onlyfans/similares, que buscan intercambios con fotógrafos… pero que se olvidan de mencionarles que de esas sesiones van a sacar un rendimiento económico (que, por supuesto, no van a compartir con el equipo, que para eso son las que exponen su intimidad).
¿Y cuáles son las alternativas?
A las sesiones de scort, poca hay. Se pueden hacer sesiones de desnudo en intercambio, por supuesto. Siempre que nadie le vaya a sacar un rédito comercial directo -que es de lo que se trata una sesión TFCD-. Intenta hacer cosas llamativas, con gusto… al final, si las scorts quieren fotografías, las van a pagar. Intenta ser tú quien lo cobre, y no lo trabajes gratis.
Para las sesiones de catálogo, la solución es mucho más simple: créate tu propio catálogo. Ve de compras con la modelo, id viendo estilismos, y cuando tengas una cantidad de prendas suficiente, haz las fotos. Sin presión, sin beneficiarios directos. Con no poner la marca de ropa, es suficiente. Es experiencia, aprenderás a combinar prendas, a hacer fotos tipo catálogo… y sin tener al CEO soplándote en la nuca para ver cada foto que disparas.
Las sesiones de boda es algo más complejo. Puedes optar por no hacerlas, o por ir de segundo de algún fotógrafo ya experimentado. Te foguearás, pero también aprenderás. Y si el fotógrafo es legal, te dará una parte de lo que cobre (que ya es más de lo que habrías ganado trabajando gratis), por tu ayuda.
En cuanto a las mocatrices… lo mejor es tomárselo a risa. Una mocatriz normalmente solo da problemas. Si realmente quieres hacer la sesión, en un contrato, deja claras las condiciones, y reza para que se cumplan… o estate dispuesto a reclamar legalmente si se incumplen. Poca más opción hay.
En cualquier caso, una cosa común a todas las opciones es: si lo haces gratis, no vas a salir de la rueda, y nunca te van a pagar por tu trabajo. ¿Para que? Si tú lo has hecho gratis, por los motivos que sean, otro lo hará también, y será una pescadilla que se muerde la cola.